El útero y la luna: sabiduría ancestral femenina
- Elena Viadas
- 25 ago
- 2 Min. de lectura
Desde tiempos antiguos, las mujeres han mirado al cielo y han encontrado en la luna un espejo de su propio ciclo interno. El útero, centro de creación y poder, late en sintonía con las fases lunares, recordándonos que nuestra energía también se mueve en ritmos de expansión, introspección, florecimiento y renovación.
Así como la luna pasa de la oscuridad a la plenitud, nuestro cuerpo nos invita a reconocer las etapas del ciclo menstrual como un mapa de autoconocimiento. La menstruación, el pre-ovulatorio, la ovulación y el premenstrual reflejan las fases de la luna nueva, creciente, llena y menguante. Cada una de estas etapas trae consigo dones únicos: intuición, creatividad, fertilidad, claridad o sabiduría profunda.
Cada fase lunar refleja una etapa del ciclo femenino y nos guía hacia una comprensión más profunda de nosotras mismas:
🌑 Luna Nueva – Menstruación
El inicio del ciclo. La oscuridad de la luna nos invita a recogernos, descansar y soltar. En el cuerpo, la menstruación es un momento de purificación, de dejar ir lo que ya no sirve. Espiritualmente, es una etapa poderosa para la introspección, la sanación emocional y sembrar nuevas intenciones.
🌒 Luna Creciente – Preovulatoria
La energía comienza a elevarse, como una semilla que empieza a brotar. Es el momento de la renovación, la vitalidad y la claridad mental. En el ciclo menstrual, esta fase trae energía fresca y motivación, ideal para planear, aprender y dar pasos hacia nuevas metas.
🌕 Luna Llena – Ovulación
La luna en su plenitud nos conecta con la fertilidad y la expansión. Es el tiempo de apertura hacia el mundo, de comunicación, creatividad y abundancia. En el cuerpo, la ovulación es el pico de energía, el momento en el que florecemos y podemos compartir con otros nuestros dones.
🌘 Luna Menguante – Premenstrual
La energía comienza a descender, invitándonos a mirar hacia adentro. En el cuerpo y el alma, esta fase es ideal para depurar, cerrar ciclos y escuchar la voz interna. Aunque puede traer emociones intensas, también abre la puerta a una sabiduría profunda y a la transformación personal.
Reconocer estas fases y vivir en sintonía con ellas es volver a la sabiduría ancestral femenina, una guía que nos recuerda que cada etapa tiene un regalo: descanso, impulso, plenitud o introspección.
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